viernes, 30 de noviembre de 2012


EL PUEBLO DEL MAÍZ

El maíz nació  México. En nuestro país se desarrollo la historia genética del grano y es donde se encuentran sus parientes silvestres. Esta herencia tiene un enorme valor, no solo biológico, sino también cultural y social.

México y parte d centro América se ha domesticado principalmente el maíz, el chile, el amaranto, camote. Calabaza, cacao, cacahuate y vainilla, por mencionar algunos. Se estima que alrededor de 118 especies de distintas plantas se han domesticado tan solo México, es decir, el 15.2% de todas las plantas comestibles que componen el sistema agroalimentaria mundial.
Se estima que el hombre empezó  el proceso de domesticación del maíz hace unos 7,000 años. A partir de ese entonces, el rol del campesino en la evolución y creación de las más e 50 razas y cientos de variedades de grano ha sido fundamental. Así, los pueblos indígenas  han forzado la adaptación de la planta a todo tipo de terrenos y situaciones, mediante el cultivo selectivo de as mejore semillas durante el proceso, el maíz se convirtió en la única especie  vegetal domesticada que ha logrado una grande domesticación a, desde los 2900 metros  d altura a las faltas del volcán de Toluca en el centro país.

El maíz es sagrado para los pueblos indígenas pues este le dará vida. Es la semilla o el grano la herencia que deja un padre a un hijo. Así, el maíz está presente desde el nacimiento  hasta la muerte de una persona.  

Existen razas de grano que se han adaptado a todo tipo de condiciones climáticas. Al sur de ismo de Tehuantepec, existen variedades  criollas que maduran en cuestión de dos o tres meses de la plantas de poca altura. La rapidez de crecimiento y la poca altura pueden ser interpretadas como adaptaciones a los fuertes  vientos de la región y los escases de humedad de los suelos arenosos. En regiones montañosas, existen variedades que tardan hasta 7 u 8 meses en madurar ya que en alturas importantes, el frio hace que la planta busque estrategias para conservar energía y mantener una temperatura adecuada para su desarrollo.
Natalie Morales Villegas.
Universidad Internacional
Ciencias de la Comunicación
T/M






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